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    26 septiembre, 2022

    ¿Qué es el espolón calcáneo? Te contamos qué es, por qué aparece y por qué duele esta patología ¡Sigue leyendo!

    El espolón calcáneo consiste en la presencia de una calcificación en la zona de inserción de la fascia plantar en el calcáneo (hueso del talón). Es bien conocido por su frecuente aparición en los dolores plantares, sin embargo ¿Tener espolón significa tener dolor?

    En primer lugar encontramos que el dolor del espolón es diferente al de otros dolores plantares, es un dolor muy agudo con un inicio repentino que provoca la sensación permanente de ir pisando una piedra.

    Es común achacar al espolón este dolor, pues imaginamos que la piedra o canica que pisamos es ese trocito de hueso que sobresale de nuestro talón y el cual nos provoca el dolor tan agudo al clavarse en alguna estructura adyacente. Nada más lejos de la realidad.

    El espolón, no es la causa del dolor en el talón, se ha visto que tras tratamientos conservadores el dolor va cediendo hasta desaparecer y en radiografías de control el espolón sigue igual que estaba, así como se ha estudiado que tras la cirugía para eliminar el espolón el paciente sigue presentando este mismo dolor.

    Por tanto ¿Por qué aparece esa calcificación? ¿Por qué duele?

    La aparición de la calcificación se debe a diversos motivos que van desde las causas congénitas, predisposición genética, hasta un aumento de carga excesivo mantenido en el tiempo. A pesar de la aparente diferencia en el origen de la calcificación, el abordaje es muy parecido, con las variaciones fruto de la individualidad de cada paciente. Más adelante se expone el abordaje.

    Con respecto al dolor, se dan dos circunstancias:

    • En primer lugar, el proceso por el que aparece la calcificación en la fascia plantar, lleva asociado un ciclo inflamatorio, por lo que el dolor se hace tan agudo y en ocasiones tan constante.
    • En segundo lugar, cuando la calcificación aparece secundaria a un aumento brusco del esfuerzo de esa fascia plantar, lo que sucede es que se supera el límite de tolerancia de dichas estructuras, lo que provoca la activación de la alerta principal del cuerpo, el dolor. Desde este punto de vista, a día de hoy, se acepta el espolón como una consecuencia de un proceso patológico y no como la causa del dolor.

    Entonces ¿Qué tratamiento es el más adecuado?

    En lo que respecta al tratamiento, es necesario conocer que requiere de tiempo, pues la evolución de esta patología es lenta y precisa implicación activa de la persona en su proceso de recuperación para poder mejorar y fortalecer las estructuras comprometidas por el dolor y el espolón.

    El abordaje combina ejercicio terapéutico, reposo relativo, terapia manual y terapias complementarias como INDIBA, crioterapia, uso de plantillas y modificaciones biomecánicas.

    Lo primero de todo será eliminar la actividad que está desencadenando el dolor para así dejar descansar la zona y darle tiempo para que repare. El descanso será relativo, lo que significa que no supone parar del todo la actividad física. Se buscará el ejercicio más cómodo para seguir realizándolo. De esta manera no se para por completo y se favorece una recuperación favorable.

    En segundo lugar, en lo referente al ejercicio terapéutico, además de encontrar la actividad física que no desencadene dolor, se realizarán ejercicios analíticos y aislados diariamente, en función de los hallazgos en la exploración física, cuyo objetivo será mejorar las capacidades funcionales de la zona y su tolerancia al esfuerzo.

    Las técnicas de terapia manual irán encaminadas a favorecer el alivio del dolor en la planta del pie, así como la movilización y descarga de las estructuras que puedan estar generando molestias por compensación debido a una mala pisada. 

    Dentro de las terapias complementarias, la que más evidencia ha demostrado a la hora de disminuir el proceso inflamatorio es INDIBA. Se puede aplicar el tratamiento de INDIBA desde el primer momento e ir regulándolo en función de la fase en la que nos encontremos.

    En lo referente a las plantillas y el calzado, se recomienda acudir al profesional correspondiente para un correcto estudio de la pisada.