¿Qué es una hernia discal lumbar? ¿Tiene tratamiento? Sigue leyendo porque ¡te lo contamos todo!
Para comenzar a hablar de la hernia debemos explicar qué es el disco intervertebral.
El disco intervertebral es una estructura situada entre dos vertebras cuya función no solo es la de soportar y distribuir las cargas a modo de almohadilla, sino que también tiene función limitadora de los movimientos vertebrales a modo de ligamento.
En el disco encontramos una parte interna, más gelatinosa, a la que llamamos núcleo pulposo. Éste se encuentra rodeado de una parte más fibrosa que, entre otras cosas, se encarga de contener el núcleo pulposo en su sitio. Esta estructura se llama anillo fibroso.

Cuando hablamos de herniación, nos referimos al proceso en el cual el anillo fibroso se rompe y deja salir parte del núcleo pulposo al exterior. Este proceso, con mayor frecuencia, se produce por un desgaste continuo del anillo fibroso y no guarda tanta relación con antecedentes traumáticos bruscos. Es un proceso más ligado al paso del tiempo y al estrés repetido en la zona, proceso degenerativo. Puedes leer un poco más sobre ello en nuestro artículo «Hernia discal, síntomas y tratamiento».
Existen dos tipos de herniaciones:
- Protusiones: donde la migración del núcleo es mínima, a menudo no dolorosas y comunes en la población adulta. En las protusiones el anillo fibroso mantiene su integridad al completo.
- Extrusiones: en las que se produce una rotura grande del anillo y la migración del núcleo es masiva. Éstas suelen ser las desencadenantes de mayor dolor e incluso, sin un tratamiento adecuado, pueden provocar incapacidad pasajera o duradera dependiendo de la extensión de la extrusión y el nivel de afectación.
Hernia discal lumbar
La hernia más habitual es la que se localiza en la zona de la columna lumbar. Esto es así debido a la cantidad de peso y movimientos que debe soportar el disco en esta zona. Además, debido a que el disco lumbar tiene más contenido gelatinoso, las hernias en esta zona son más sintomáticas y dolorosas debido a que hay más cantidad de material gelatinoso nuclear que se hernie.
La hernia por tanto provoca el dolor por dos motivos principalmente:
- Por la rotura del anillo fibroso, que será más o menos sintomática dependiendo de si ha sido a consecuencia de un traumatismo agudo o si por el contrario es fruto del desgaste.
- Por la respuesta inflamatoria tan intensa que se provoca cuando el líquido del núcleo del disco entra en contacto con estructuras adyacentes.
En ocasiones, en la zona lumbar, cuando la extrusión genera la inflamación y esta inflamación afecta a las raíces que forman el nervio ciático, éste se irrita y duele y provoca lo que se conoce como ciática.
Es importante conocer que las hernias no duran para toda la vida, el material que migra fuera del anillo fibroso es eliminado por células defensivas de nuestro cuerpo.
La prevención es la mejor forma de evitar los dolores lumbares. Una musculatura fuerte que soporte bien el peso corporal y extra corporal del día a día, una buena movilidad que evite rigideces y un buen descanso, son la combinación ideal.
¿Cómo podemos ayudarte nosotros con fisioterapia?
Desde la fisioterapia, la primera línea de actuación es lo que se conoce como educación terapéutica. Esta consiste en enseñar a cada persona individualmente cómo prevenir la aparición de la lesión o cómo manejarse en la fase de dolor. Se enseña a la persona la postura más adecuada para el desarrollo de su actividad diaria o se aconseja la mejor forma de moverse de acuerdo con sus características, el deporte que practique o el gesto que ha producido su lesión. Además, se indican posturas que puedan ayudar a disminuir en dolor a la hora de descansar, dormir o sentarse. Es una parte fundamental, pues tiene una repercusión importante en el día a día de la persona que sufre dolor.
La terapia manual es aconsejable desde el primer momento, pues con ella se puede aliviar dolor además de mejorar características como la rigidez, el bloqueo articular o la tensión muscular que se genera como respuesta del cuerpo frente al dolor.
El ejercicio constituye otro pilar fundamental, la evitación del movimiento puede ser un factor que alargue el proceso de recuperación, por lo tanto, tan pronto sea posible y tanto como el dolor lo permita, moverse y hacer ejercicio es necesario. Se aconsejan ejercicios de movilidad lumbar y pélvica en todo el recorrido libre de dolor, así como ejercicio de activación muscular de la zona lumbopélvica y abdominal. Conforme avanza el proceso de recuperación, la activación y potenciación se hace más necesaria para conseguir una musculatura fuerte que soporte la carga del día a día o del deporte en cuestión.
Además, para complementar y conseguir un abordaje lo más completo posible, el tratamiento con INDIBA nos ayudará a acelerar el proceso de reparación de la lesión, así como la reducción de la inflamación de la zona y una sensación de alivio del dolor.
Si padeces una hernia lumbar y quieres que te realicemos una valoración y tratamiento personalizado, pide una cita con uno de nuestros compañeros y te aconsejaremos de la mejor forma posible 🙂