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    19 febrero, 2018

    Codo de golfista, una lesión poco frecuente pero dolorosa

    La epicondilitis medial, también conocida como codo de golfista, es una patología menos frecuente que la epicondilitis lateral (codo de tenista), que se caracteriza por provocar dolor y sensibilidad en la cara interna del codo.
    Suele aparecer en el brazo dominante, tiene un pico de incidencia entre los 40 y los 60 años, coincidiendo con la máxima cantidad de trabajo y afectando por igual a ambos sexos.

    ¿Por qué aparece esta lesión?

    Es una lesión que aparece debido a estrés repetitivo y/o sobrecarga en la musculatura pronadora del codo y flexora de la muñeca, provocando cambios degenerativos en las mismas. A pesar de esto, también puede aparecer de forma secundaria de manera súbita.

    Este tipo de epicondilitis es frecuente en deportes que requieren flexión de muñeca más pronación. Es frecuente en lanzadores de beisbol, golfistas, jugadores de bolos, lanzadores de jabalina, etc.

    El origen de esta lesión no es solamente atlético, sino que también se puede encontrar en el mundo laboral, como en carpinteros, fontaneros, obreros o cortadores de jamón, por poner algunos ejemplos. En general en todas aquellas profesiones donde existan movimientos repetitivos de antebrazo, muñeca y mano, que además puedan estar expuestos a vibraciones.

    Síntomas del codo de golfista

    • Dolor insidioso en la cara medial del codo, que aumenta con la pronación y flexión resistidas
    • Sensibilidad a la palpación en el epicondilo medial del humero
    • Debilidad en la fuerza de agarre
    • Rangos de movimiento limitados
    • Puede haber hinchazón y un aumento de la temperatura local
    • Adormecimiento y hormigueo en la parte interna del antebrazo
    • En casos agudos puede llegar a doler en reposo

    ¿Cómo se diagnostica?

    El diagnóstico se lleva a cabo mediante una cuidadosa entrevista para la historia clínica así como mediante un examen físico en el que además de explorar la zona, se pueden realizar varias pruebas para ver si existe dolor al realizarlas.
    Además, es aconsejable la realización de pruebas complementarias para descartar otras patologías como inestabilidad del ligamento ulnar o neuritis del cubital, sobre todo en personas o deportistas que trabajan por encima de su cabeza.

    Tratamiento del codo de golfista

    El tratamiento conservador suele funcionar en la mayoría de los casos y se puede dividir en tres fases:

    · Una primera fase de reposo sobre todo de la actividad que está causando el problema, sin llegar a ser reposo absoluto, crioterapia (hielo), compresión y medicación. En casos severos se puede usar férulas nocturnas.

    · La segunda fase consiste en un programa de rehabilitación, siempre evitando el dolor y buscando recuperar esos movimientos perdidos.

    · La tercera fase es más de mantenimiento y preventiva, buscando que el paciente retorne su actividad.

    Es recomendable ir al fisioterapeuta para que ayude a reducir los síntomas en la medida de lo posible con diferentes técnicas de tratamiento.

    Como tratamientos más invasivos para casos más severos que no consiguen remitir con lo anterior están las infiltraciones, tanto de antiinflamatorios no esteroideos como de corticoesteroides o de plasma.

    Como última opción, cuando todo lo demás falla, se puede realizar cirugía, ya sea artroscópica o abierta.

    ¿Cómo prevenir esta lesión?

    Para prevenir este tipo de problemas es importante tener unos músculos fuertes y flexibles, así como realizar los trabajos o ejercicios con una técnica correcta. Es importante utilizar un equipo adecuado, en cuanto a habilidad, tamaño y fuerza. También es útil el uso de elementos externos que ayuden a disminuir el trabajo del codo, como férulas compresivas o antivibradores en las raquetas.

    Por último, es muy recomendable atacar los síntomas desde el principio y acudir a un profesional, sin dejar pasar un tiempo excesivo.