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    23 abril, 2018

    ¿Es mejor hacer cardio o pesas?

    Como la mayoría de las cosas, depende, ¡lo más importante en este caso es el objetivo que se está persiguiendo!

    Diferencias entre cardio y pesas

    Por cardio se entiende cardiovasculares, ejercicios cíclicos que se desarrollan durante largos periodos de tiempo, como puede ser correr, nadar, hacer bicicleta, remo, etc. Ejercicios que mantienen las pulsaciones en un rango entre 60% y 80% aproximadamente de la frecuencia cardiaca máxima.

    Por pesas se entiende ejercicios anaeróbicos, aquellos ejercicios que se realizan durante periodos de tiempo más breves, con resistencias altas que impiden que se prolonguen en el tiempo. Estos ejercicios se realizan en un rango alto de pulsaciones, mayor del 80% de la frecuencia cardiaca máxima, aunque también dependerá de la cantidad de masa muscular utilizada. Aquí no solo se engloban las pesas, sino otros ejercicios que se hagan a una intensidad elevada como puede ser esprintar o saltar.

    Entonces, ¿Qué es mejor? ¿Cardio o pesas?

    De forma muy general se puede decir que la única vez en la que una hora de cardio va a ser mejor (a grandes rasgos) que una hora de pesas es si se tiene en mente realizar una competición que requiera un importante esfuerzo cardiovascular, como puede ser una 10K, una media maratón, un triatlón, etc. El resto de las veces las pesas van a generar más beneficios. Incluso aquellos que se centran en deportes aeróbicos tanto a nivel amateur como profesional, deberían hacer sesiones complementarias de pesas, para mantenerse más saludables y evitar descompensaciones que a la larga puedan pasarles factura.

    Cuando el objetivo es perder peso siempre existe el eterno debate. Durante el ejercicio, el cardio consume más grasas que las pesas, que consumen glucógeno. Pero, tras finalizar la sesión, en el caso de las pesas el metabolismo se mantiene elevado, haciendo que el consumo total de calorías sea mayor que con el cardio. Además cuanta más musculatura tenga una persona más elevado será el metabolismo, y las pesas siempre van a propiciar un mayor aumento de la musculatura que el cardio, que se traduce en un metabolismo mayor, generando un mayor gasto energético.

    Por otro lado decir que el cuerpo está diseñado para gastar las mínimas calorías posibles, por lo que es más fácil que se adapte a gastar pocas calorías si siempre se hace la misma actividad, y esto es lo que ocurre con el cardio.

    Para aumentar el gasto calórico se requiere o bien más tiempo de ejercicio o bien el mismo tiempo pero con más intensidad, hasta que se llega a un punto de estancamiento en la pérdida de peso, ya que el cuerpo, viendo lo que su dueño hace siempre, guardará una reserva de calorías por lo que pueda pasar.

    Con las pesas es diferente. Aumentar la intensidad del entrenamiento es más sencillo, ya que basta con añadir peso a la barra, lo que permitirá una continúa evolución, que además se verá recompensada con más masa muscular y por tanto un mayor gasto calórico.

    Resumiendo…

    Simplificando, y con todo lo anterior en mente, creo que lo ideal sería realizar un entrenamiento de pesas que combinase sesiones de ejercicio aeróbico de alta intensidad, adaptadas a cada persona.
    Además, hay que valorar la motivación de cada uno. El objetivo perseguido debe motivar personalmente a cada persona, porque sin motivación no existe continuidad, y dará igual si un tipo de ejercicio es mejor que otro si al final no se realiza de forma constante.

    Por último, siempre se debe tener en cuenta la nutrición como un factor súper importante. Es la que va a ayudar a conseguir una evolución permitiendo que el cuerpo se recupere de las sesiones de entrenamiento. Es fundamental que la dieta sea la adecuada, tanto antes como después de entrenar, así como durante el resto del día.

    Publicado en Salud y Bienestar