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    22 marzo, 2021

    Dolor postural de espalda, ¿Por qué aparece? ¿Se puede prevenir? ¡Sigue leyendo porque te lo contamos todo!

    Dolor postural, tensional o por fatiga, son algunos términos utilizados para referirnos a ese dolor de espalda tan común en la práctica clínica que sufren aquellas personas que pasan horas en una misma posición o realizando movimientos repetitivos.

    Infinidad de pacientes acuden cada día a nuestra consulta quejándose de dolor de espalda cuando pasan mucho tiempo en el trabajo o en casa, ya sea sentados o de pie y con malas posturas.

    Estas situaciones terminan desencadenando dolor, un dolor al que solemos darle poca importancia. Normalmente con un cambio de postura desaparece, pero ¿qué sucede cuando ese dolor perdura, se mantiene continuo y nos empieza a doler con cualquier movimiento sin conseguir descansar por las noches y, además, ni los estiramientos que previamente te han enseñado ni los ejercicios que conoces hacen que ese dolor desaparezca?  

    Empezando por el principio, ese dolor al que llamamos postural, es un dolor que se genera por una isquemia en la zona dolorida. Isquemia es sinónimo de falta de riego sanguíneo, por tanto, este dolor viene provocado porque nuestros tejidos, musculares en este caso, no reciben un aporte adecuado de sangre que los oxigene y los nutra, de modo que se fatigan y aparece el dolor.

    Cuando nos movemos, reoxigenamos los tejidos, pero el dolor puede dejar “rastro”, pues puede no desaparecer del todo y si seguimos manteniendo esos malos hábitos posturales, ese dolor cada vez será mayor. Con todo lo anterior encontramos que,  la clave para combatir y sobre todo prevenir  este dolor postural está en cambiar nuestros malos hábitos posturales, que son los que generan ese dolor.

    Entonces, ¿Qué debemos hacer para prevenir el dolor postural de espalda?

    Debemos estar en constante movimiento, antes de que aparezca el dolor hay que cambiar de postura y cuidarla, evitar posturas forzadas.

    Ninguna postura es ideal si la mantenemos 6 horas seguidas, “la mejor postura es la que menos dura”. Debemos ser conscientes de nuestra postura y adoptar trucos para recordar que debemos movernos, por ejemplo,  si te llaman al móvil, levántate para hablar.

    Es nuestra responsabilidad cuidar nuestra espalda y nuestra postura para prevenir la aparición del dolor. Te recomendamos leer nuestro post sobre “Postura correcta para una espalda sana”.

    Esto es solo el principio, el entrenamiento de fuerza de la zona donde solemos sufrir dolor es necesario para poder adaptar esa zona a las exigencias físicas diarias, como son el estar sentado frente al ordenador incontables horas.

    Dale importancia al ejercicio, no tengas miedo de realizar ejercicios con resistencia con gomas o mancuernas, trabaja tus trapecios y tus músculos cervicales. Esto te ayudará a mejorar la fuerza de los músculos que sostienen tu cabeza y hombros y aguantarán más tiempo, pues serán más resistentes.

    Abandonar malos hábitos posturales y combinarlo con ejercicio será la mejor forma de prevenir la aparición del dolor postural. ¡Ponte manos a la obra!