Cervicobraquialgia, dolor cervical que irradia hacia el brazo
Se conoce con el término cervicobraquialgia al dolor cervical que se irradia hacia el brazo. Esto significa que el dolor que se percibe en el brazo es producido a consecuencia de alteraciones en la zona cervical.
¿Por qué se produce? ¿Qué síntomas genera?
La cervicobraquialgia se produce cuando alguna estructura de la zona cervical provoca una irritación en el conjunto de nervios (plexo braquial) que sale desde el cuello y va hacia el brazo. De ese modo, tanto los movimientos del brazo que pongan en tensión esos nervios como los movimientos de cuello, pueden desencadenar el dolor, que puede aparecer en cualquier punto desde el hombro hasta la mano. El dolor no tiene que ser una línea que recorre todo el brazo sino que puede ser uno o varios puntos localizados. Además, el dolor en el brazo puede ir acompañado de sensación de hormigueo, quemazón o corriente eléctrica.
Es importante remarcar que para que se considere una cervicobraquialgia, el cuello debe estar relacionado con el dolor del brazo. Por tanto, si el dolor en el brazo, aunque sea el brazo entero, no aparece poniendo en tensión estructuras cervicales o con la movilidad, no se considerará cervicobraquialgia.
Inicialmente, puede comenzar solo doliendo el cuello, ya sea por problemas musculares, articulares o discales. Si estos problemas llegan a causar irritación del nervio, el dolor en el brazo aparecerá tardíamente, a los días, coincidiendo dolor cervical y dolor en el brazo.
Normalmente, conforme el problema cervical mejora, se aliviará el dolor de cuello, perdurando aún el del brazo, pues el nervio puede continuar doliendo más intensamente hasta 3-4 semanas más, momento en el que disminuirá y el dolor será más tolerable. En otras ocasiones, puede desaparecer el dolor de brazo antes que el dolor cervical, ya que éste es la lesión primaria y condiciona al funcionamiento del brazo. Dependiendo de la gravedad de la lesión y qué estructura esté afectada, este tipo de patologías pueden llegar a generar algún tipo de secuela que perdurará para toda la vida, aunque estos casos suelen ser minoritarios ya que con los tratamientos de fisioterapia podemos llegar a disminuir entre un 80-85% la mejora completa de la sintomatología.
¿En qué momento es recomendable recurrir a la fisioterapia?
Siempre lo antes posible, pues de esa manera se podrá hacer una valoración inicial más objetiva y analizar la evolución desde el inicio, además de enseñar posturas y recomendaciones para hacer más manejable el dolor.
La recuperación no es un proceso fácil ni rápido, requiere de una participación activa del paciente para poder ir mejorando progresivamente. Sin esa participación el proceso se hará más largo y complejo, pues el objetivo es recuperar la movilidad activa sin dolor y para eso hace falta un trabajo conjunto entre fisioterapeuta y paciente.
Se debe tener en cuenta que la fase inicial de este problema es una fase muy dolorosa, en la que la irritabilidad de los tejidos es muy alta, pudiendo aparecer el dolor al mínimo movimiento o cambio de postura. Este dolor es un dolor incómodo pues necesitará de mucho cambio postural para prevenir su aparición. Por lo tanto, en ese primer momento lo más importante será manejar el dolor del paciente mediante terapia manual, enseñar las posturas para evitar que aparezca el dolor y, en un rango de movimiento tolerable, hacer ejercicios específicos.
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