Bursitis de hombro o bursitis subacromial, una patología dolorosa e incapacitante.
¿Qué es una bursitis?
Para entender qué es una bursitis, primero debemos de comprender qué es una bursa. Una bursa es una bolsa rellena de líquido que podemos encontrar entre los tendones, los músculos o en las articulaciones y su función es disminuir la fricción y repartir mejor la carga en las superficies articulares durante el movimiento.
La bursitis consiste en una inflamación de la bursa.
Existen dos tipos de bursitis:
- bursitis hemorrágicas
- bursitis inflamatorias
Las bursitis inflamatorias son las más comunes, pudiendo ser producidas por actividades de la vida diaria, siendo las bursitis hemorrágicas menos habituales, causadas por traumatismos directos.
¿Qué es la bursitis de hombro?
En la articulación del hombro hay situada una bursa, la denominada bursa subacromial, ubicada por debajo del hueso acromion y del músculo deltoides y por encima del manguito de los rotadores.
Como hemos mencionado anteriormente, la bursitis es la inflamación de la bursa. Esta inflamación genera un aumento del líquido de la bursa que hace que los tendones del manguito rotador, el deltoides y el acromion se vean sometidos a una presión quedando comprimidos, pudiendo llegar a existir la inflamación de éstos como respuesta a la compresión.
Causas de la bursitis
Las causas más frecuentes son:
- Tendinitis del manguito rotador producida por un sobreesfuerzo o por un traumatismo
- Presencia de osteofitos en el acromion
- Tendinitis cálcica, producida por una deposición de calcio en los tendones del manguito rotador
- Patología reumática o infecciosa
- Deformación acromial
Síntomas de la bursitis subacromial
Los principales síntomas de la bursitis son:
- Dolor en el hombro al realizar la elevación lateral (abducción) y las rotaciones. Si la inflamación es muy aguda, también puede ocasionar dolor en la articulación en reposo.
- Restricción de la movilidad, pudiendo llegar a ocasionar una capsulitis adhesiva, también conocida como hombro congelado.
La inflamación prolongada de la bursa puede llegar a causar una calcificación, provocando rigidez y una pérdida de su capacidad de protección de la articulación.
Diagnóstico de la bursitis de hombro
La bursitis subacromial se trata de una inflamación profunda, por lo que no se puede diagnosticar visiblemente, siendo necesario la realización de una ecografía, un TAC o una resonancia magnética, a parte del debido examen clínico.
Se deben de realizar pruebas para poder observar el tejido blando de nuestro cuerpo: músculos, tendones, bursas…
La radiografía puede mostrar resultados a nivel óseo, pudiendo ser útil para contemplar la presencia de osteofitos o malformaciones, pero no es útil para realizar un diagnóstico diferencial de bursitis.
En caso de presencia de bursitis, el médico puede realizar una sustracción de líquido del interior para conocer las causas de la inflamación mediante un análisis.
Tratamiento para la bursitis
En la mayoría de casos las bursitis desaparecen sin tratamiento, sin embargo las hay que pueden extenderse en el tiempo sin presenciar mejoría.
La bursa no responde bien a los tratamientos fisioterápicos, sin embargo sí que podemos actuar sobre la musculatura que se encuentra alrededor presionada por la inflamación para relajarla y disminuir así los síntomas de esta patología.