¿Qué es la artrosis de rodilla? ¿Tiene tratamiento? te contamos todo lo que tienes que saber sobre esta afección degenerativa de la rodilla.
La rodilla es una articulación troclear que permite movimientos de flexión y extensión. Está formada por tres huesos: el fémur a nivel proximal, la tibia a nivel distal y la rotula en la cara anterior.
Alrededor de la rodilla se insertan diferentes músculos que realizan sus movimientos y además en la rodilla existen otros elementos que proporcionan estabilidad y permiten la movilidad: una capsula articular, meniscos y diferentes ligamentos.
¿Qué es la artrosis de rodilla?
La artrosis de rodilla es una patología degenerativa que produce desgaste en la articulación. Concretamente el desgaste se produce en el cartílago, que es un tejido que recubre los huesos cerca de las articulaciones y que permite un deslizamiento para que la articulación funcione de forma adecuada.
Al ser una enfermedad degenerativa, la artrosis va evolucionando y haciendo desaparecer el cartílago, lo que hace que contacte directamente con el hueso y produzca dolor. Con la destrucción del cartílago el cuerpo entiende que no hay suficiente zona de contacto para articular, por lo que el hueso crece y entonces se produce la deformación de las articulaciones.
En el desarrollo de la artrosis intervienen muchos factores:
- Edad
- Sexo
- La actividad laboral desarrollada
- El nivel de actividad física
- La genética
- La obesidad
También puede influir el hecho de haber sufrido algún traumatismo importante en la articulación.
¿Cómo se diagnostica la artrosis de rodilla?
El diagnóstico suele realizarse mediante prueba de imagen, con una radiografía o una resonancia magnética, donde pueden apreciarse signos claros de artrosis.
Tratamiento fisioterápico
El tratamiento fisioterápico para la artrosis de rodilla irá dirigido a disminuir el dolor y mejorar la capacidad funcional del paciente, con el fin de aumentar su calidad de vida. Lo ideal es que el tratamiento sea multidisciplinar e incorpore la realización de ejercicio físico. Se recomiendan principalmente aquellos ejercicios en los que la articulación se mueve pero no tiene que cargar el peso del cuerpo, como por ejemplo nadar, bicicleta o aquagym.
Las articulaciones se nutren con el movimiento, por lo que no se debe inmovilizar la articulación, sino proporcionarle movimiento adecuado.
Otro punto importante es el fortalecimiento muscular, ya que una musculatura más fuerte protegerá más la articulación.
Cuando el tratamiento conservador fracasa se pasa a tratamientos más agresivos, como las infiltraciones y, como último recurso, la cirugía. Pero siempre se debe probar con tratamientos conservadores antes de optar por una decisión drástica.
Para prevenir la artrosis es importante mantenerse activo, realizando ejercicio, como pilates, de una manera adecuada. Además, los últimos estudios señalan que la dieta y los hábitos diarios tienen una influencia importante en el desarrollo de este tipo de patologías.