¿Qué es la articulación sacroilíaca y por qué se bloquea?
La articulación sacroilíaca es la encargada de repartir el peso de la parte superior a la parte inferior del cuerpo, dar estabilidad y movilidad al organismo y reducir la carga que soporta la pelvis.
La pelvis está formada por tres huesos bien diferenciados: el sacro, un hueso impar con forma triangular que se sitúa en la cara posterior y los iliacos, huesos pares que forman las paredes laterales de la pelvis.
El hueso iliaco puede dividirse en tres partes:
- Ala iliaca
- Pubis, que es la rama que sale del iliaco hacia la parte anterior
- Isquion, que es el hueso sobre el que nos sentamos
Todos estos huesos se articulan entre sí para darle movilidad a la pelvis. Por delante, las ramas púbicas articulan gracias a la sínfisis del pubis mientras que por detrás los iliacos articulan con el sacro. Esta última articulación ha estado en entredicho, pero cada vez son más los estudios científicos que respaldan su existencia.
Los bloqueos en la articulación sacroiliaca son frecuentes, y esta falta de movilidad puede generar una hipermovilidad en otros puntos adyacentes. Frecuentemente en la columna lumbar, que está justo encima del sacro, pudiendo provocar síntomas como dolor o ciática, o incluso a largo plazo, protusiones o hernias discales.
Con todo esto explicado de forma muy simplificada y reducida, desde la fisioterapia y la osteopatía contamos con herramientas para mejorar esa movilidad, desde test para la correcta valoración hasta múltiples técnicas para corregirla.
Aunque el paciente pueda salir mejor de la sesión, normalmente solo es una hora a la semana lo que dura el tratamiento, por lo que es necesario que ese tratamiento se prolongue en el tiempo si queremos que esas mejoras perduren y aumenten.
¿Cómo se consigue eso? mediante ejercicios que se mandan como deberes para casa. Para estos casos se mandan los ejercicios de Gillet. Son solamente tres ejercicios, pero si se realizan de forma correcta y constante pueden marcar la diferencia.
Ejercicios de Gillet
Se coge la rodilla del lado a tratar y se flexiona,
se mantiene la posición durante 15 segundos,
para estirar piramidal y polo inferior ASI.
Se pasa el talón por encima de la rodilla contrario y
se lleva la rodilla al hombro contrario, y se mantiene
15 segundos, para estirar los ligamentos sacrociáticos.
Se deja caer la rodilla, y se presiona hacia el suelo durante
15 segundos, para estirar el polo superior ASI.
Se deben realizar entre dos y tres veces al día. Es recomendable hacerlos de ambos lados, aunque el dolor este localizado solo en uno de los dos.