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    7 enero, 2019

    Rotura fibrilar, una lesión muy común en deportistas.

    Vamos a empezar explicando qué es una rotura fibrilar y qué síntomas tiene.
    Una rotura fibrilar consiste en una pérdida de continuidad de las fibras de un músculo en mayor o menor medida.


    Los principales síntomas de una rotura fibrilar son:

    • Dolor
    • Hinchazón
    • Rigidez
    • Hematoma

    ¿Por qué se produce una rotura fibrilar?

    Las causas pueden ser muy diversas, entre otras podemos encontrar las siguientes:

    • Edad
    • Fatiga
    • Estrés
    • Debilidad muscular
    • Cambio de calzado
    • Técnica deportiva incorrecta
    • Mala alimentación
    • Condiciones meteorológicas

    ¿Cómo se trata una rotura fibrilar?

    Cuando se produce una rotura muscular, lo primero que hay que hacer  es controlar el dolor y la inflamación. Se recomienda compresión y mantener el miembro en alto, reposo deportivo y la aplicación de frío en la zona de dolor durante unos 10-15 minutos para detener el sangrado interno que se ha producido y limitar la inflamación.

    A partir de las 24 horas de la lesión ya se podría realizar un estudio de imagen, ya sea mediante ecografía o resonancia magnética, para poder ver el alcance de la rotura muscular, lo que podría aportar más datos sobre el tiempo de recuperación y orientar el tratamiento.

    A partir del tercer día se debe comenzar con la movilización y activación muscular mediante ejercicios isométricos y fisioterapia. El trabajo del fisioterapeuta empieza muy pronto tras una rotura, aplicando diferentes técnicas manuales como drenaje, masaje transverso profundo, propiocepción, resistencia, etc. Además, se puede hacer uso de INDIBA Activ, herramienta que favorecerá una pronta recuperación y ayudará a la curación del tejido lesionado.

    Con la terapia manual ayudaremos a:

    • Reducir el dolor y la inflamación del músculo afectado.
    • La eliminación de sustancias de desecho fruto de la rotura.
    • Evitar la fibrosis de la cicatriz.
    • Mejorar la oxigenación y nutrición muscular.
    • Mejorar la elasticidad muscular. 

    A partir de los siete días y en función de la gravedad de la lesión se irán incluyendo ejercicios más complejos y exigentes, el ritmo de los cuales va a venir marcado por el grado de dolor y las pruebas de imagen de control que se vayan realizando.

    Hay que tener muy presente que los ejercicios que se realicen no deberán provocar dolor, pues esto podría favorecer un resangrado de la cicatriz y aumentar la probabilidad de complicaciones. 

    Los ejercicios suelen seguir una progresión de isométricos, más tarde se incluyen ejercicios concéntricos y por ultimo excéntricos. Poco a poco se incorpora un trabajo similar a la actividad deportiva habitual hasta que el paciente recibe el alta. 

    Una de las complicaciones más importantes en la rehabilitación de una rotura fibrilar es la miositis osificante, donde solo debería aparecer cicatriz muscular se inicia una osificación, pudiendo producirse por masajes demasiado tempranos o una contusión durante la fase de recuperación.

    Como prevención para las roturas musculares lo mejor es la realización de trabajo excéntrico junto con el fortalecimiento, que es lo que mayor evidencia científica ha demostrado. 

    Desde Fisioterapia Cranium te recomendamos que si sufres o piensas que has podido sufrir una rotura fibrilar, acudas a tu fisioterapeuta de confianza para poder asesorarte, llevar un control adecuado de tu lesión y poder acortar los tiempos de recuperación en la medida de lo posible para volver a la práctica deportiva cuanto antes.