Periostitis tibial, una patología incómoda e incapacitante que suele afectar a deportistas
Para entender qué es la periostitis tibial, tenemos que empezar explicando qué es el periostio. El periostio es una membrana que recubre todos nuestros huesos y que se encarga de que éstos reciban la sangre con nutrientes necesarios para llevar a cabo sus procesos metabólicos.
En esta membrana no solo encontramos capilares, también hay numerosas terminaciones sensitivas entre las que encontramos a los nociceptores (receptores del dolor), lo que hace al periostio una superficie extremadamente sensible.
¿Qué es la periostitis tibial?
Podemos definir la periostitis como un exceso de tensión en el periostio, generalmente por causas mecánicas que, mantenidas en el tiempo, pueden llevar a la irritación e inflamación de esta membrana. Generalmente se da en deportistas que han aumentado brusca o repentinamente el volumen o intensidad del entrenamiento. Se caracteriza por un dolor agudo, incapacitante para la práctica deportiva, además de una alta sensibilidad a la palpación de superficies óseas.
En el caso de la tibia, la periostitis suele tener lugar en la porción posterior. En esta zona localizamos, en el plano muscular más profundo, los músculos flexor largo de los dedos del pie, tibial posterior y flexor largo del primer dedo del pie y, un plano por encima, el sóleo. Estos músculos viajan longitudinalmente desde el tercio medio-posterior de la tibia hasta la parte inferior íntimamente unidos a ella, guardando una estrecha relación con el periostio.

De este modo las actividades que generen un exceso de tracción de esos músculos hacia el periostio, si se mantienen en una intensidad que supera la tolerancia y durante un tiempo prolongado, pueden generar la irritación y consiguiente inflamación de esa porción del periostio tibial.
¿Cuál es el síntoma característico de esta patología?
El síntoma asociado a la periostitis tibial es el dolor en la cara interna o posterior de la tibia, especialmente en actividades que impliquen un aumento en la carga en la musculatura de la pantorrilla, ya sea de forma brusca (correr o saltar) o de forma progresiva mantenida (caminar).
Conforme cesa la actividad, el dolor disminuye. Si no se trata adecuadamente o a tiempo, el dolor irá aumentando intensidad y latencia de modo que en periostitis con una larga evolución, el dolor puede permanecer una vez cesa la práctica deportiva.
¿Qué tratamiento es el más adecuado para la periostitis tibial?
El tratamiento consistirá en un abordaje conjunto de:
- Terapia manual: para, además de disminuir la sensibilidad de la zona, relajar la tensión muscular y así aliviar los síntomas.
- Reposo relativo: conseguiremos un descanso adecuado de la zona para que repare los posibles daños estructurales.
- Ejercicio terapéutico: conseguiremos devolver la funcionalidad (fuerza, resistencia, tolerancia a la carga…) a la zona afectada progresivamente.
- INDIBA Activ: para disminuir la inflamación y acelerar el proceso de recuperación celular.
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