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    10 febrero, 2017

    ¿Tienes un esguince de tobillo?
    Te contamos cuál es el tratamiento más adecuado de rehabilitación

    Deportes extremos, running, aceras resbaladizas, tacones de vértigo, pistas de baile o simples tropiezos del día a día… casi todos hemos sufrido en algún momento de nuestras vidas un esguince de tobillo, pero no podemos imaginarnos la importancia de su correcto tratamiento para evitar secuelas en el futuro.

    Un esguince de tobillo es una lesión (distensión, estiramiento excesivo, torsión o rasgadura) de los ligamentos encargados de mantener la articulación estable. Se acompaña de hematoma, inflamación y dolor, pudiendo llegar a provocar impotencia funcional. Las principales causas son las torceduras o los traumatismos.

    El periodo de recuperación varía en relación a la gravedad y cronicidad, por lo que es necesario realizar un diagnóstico diferencial en primer caso para conocer qué estructuras hay implicadas en nuestra lesión.

    Clínicamente, la gravedad del esguince de tobillo se clasifica en tres grados:

    • Grado 1: distensión de los ligamentos sin rotura o arrancamiento. Es el esguince más leve y con la recuperación adecuada no quedan secuelas.
    • Grado 2: rotura parcial o total de los ligamentos. Requiere un tratamiento más prolongado, pudiendo llegar a dejar secuelas leves o moderadas.
    • Grado 3: rotura total de los ligamentos con arrancamiento óseo. Requiere tratamiento quirúrgico y normalmente deja secuelas moderadas o graves, tales como rigidez e inestabilidad.

    esguince de tobillo 

    ¿Cuál es el tratamiento adecuado?

    El tratamiento durante las primeras 24-48 horas debe basarse en CRICE: compresión, reposo, inmovilización, crioterapia (frío) y elevación.

    Después de 2 ó 3 días recomendamos acudir a tu fisioterapeuta más cercano, ya que un pie sano puede adaptar su posición y su pisada para moverse sin dolor, realizando adaptaciones que con el paso del tiempo producen rigidez y dolor. El fisioterapeuta por tanto es el encargado de acabar con la compresión de la articulación, tratar los espasmos musculares producidos por la torsión, realizar el vendaje adecuado para la práctica deportiva y recomendar la movilización, así como el fortalecimiento de la musculatura periarticular y los ejercicios de propiocepción.

    ¿Por qué nunca debemos olvidar trabajar la propiocepción?

    La reeducación propioceptiva se encarga de entrenar a nuestro sistema músculo – ligamentoso, para que éste pueda responder rápidamente ante los diferentes movimientos de nuestro pie y la carga que debe de soportar éste durante la marcha, carrera, saltos o giros; reduciendo así la probabilidad de producirse una nueva lesión.

    Si sufres un esguince de tobillo pide cita aquí con uno de nuestros fisioterapeutas para reducir el periodo de recuperación y poder ofrecerte un programa de readaptación a la práctica deportiva.