Fisioterapia preoperatoria, te contamos para qué sirve y sus beneficios
La fisioterapia se basa en diagnosticar, tratar y prevenir diversos tipos de lesiones (agudas o crónicas). No en todos los casos se obtienen buenos resultados, en ocasiones se pueden encontrar limitaciones, pero siempre se intenta conseguir que el paciente pueda desenvolverse por sí mismo en las actividades de la vida diaria encontrando las menores dificultades posibles.
En caso de lesiones músculo-esqueléticas, se deben de realizar diferentes test diagnósticos, en ocasiones ayudados de pruebas de imagen ecográficas, descubrir cuál es la lesión que el paciente tiene asociada y tratar en función de los resultados obtenidos; sin embargo en algunos casos, es necesario derivar al paciente para que visite a su traumatólogo, quien a través de diversas pruebas diagnósticas (radiografía, resonancia magnética, tac, etc.) puede llegar a la conclusión de que es necesario realizar una intervención quirúrgica para solventar la lesión.
Cuando al paciente le comunican esto, lo más frecuente es que deje de visitar a su fisioterapeuta porque ha encontrado la solución a su lesión y sus dolores diarios. Esta situación es la más frecuente, pero no por ello la más correcta.
Los fisioterapeutas podemos seguir ayudando mediante la fisioterapia preoperatoria, cuyo objetivo es conseguir que el paciente llegue al momento de la operación en unas condiciones óptimas, dentro de sus posibilidades.
Sus objetivos son:
- Potenciar la fuerza
- Aumentar la movilidad
- Aumentar la elasticidad
- Mejorar el control motor
- Trabajar la propiocepción
Por un lado, esto ayudará a tolerar mejor la inmovilización necesaria tras algunas cirugías y, por otro, hará que en el proceso postoperatorio de rehabilitación los plazos sean más cortos y se recupere antes la función, permitiendo que el paciente recupere antes su actividad diaria habitual.
Anteriormente hemos hablado de cirugías del aparato músculo-esquelético pero también existe fisioterapia preoperatoria para intervenciones realizadas sobre órganos, como por ejemplo el corazón o los pulmones. En estos casos se emplea la fisioterapia respiratoria que, actualmente, se usa tras la operación pero una aplicación temprana previa podría reducir el riesgo de complicaciones posteriores.
En este caso la fisioterapia preoperatoria consistiría en trabajar los siguientes aspectos:
- La capacidad pulmonar
- La respiración diafragmática
- La tolerancia a ejercicios aeróbicos de intensidad moderada
En resumen, con la fisioterapia preoperatoria se consigue llegar en mejores condiciones a la intervención y recuperarse en menor tiempo de la misma. Lo ideal sería empezar a trabajar entre 4 y 8 semanas antes de la fecha de la operación.