¿Por qué crujen las articulaciones? ¿Debemos preocuparnos?
Seguro que alguna vez te has “crujido” los nudillos, has notado un “clack” en la rodilla al agacharte o te ha sonado el cuello al girarte, ese sonido característico viene de una articulación pero no tienes por qué alarmarte. Muchas veces pensamos que puede deberse a una degeneración o a una lesión, pero no tiene por qué ser así. Vamos a comenzar explicando qué es una articulación:
Una articulación es un conjunto de estructuras que hacen de unión entre dos o más huesos o entre un hueso y un cartílago para facilitar el movimiento entre ellos.
Las articulaciones son muy importantes para nuestro cuerpo porque son las que unen nuestro esqueleto, gracias al cual podemos movernos, correr, flexionarnos, etc.
Las articulaciones están formadas por:
- Cartílago articular: tejido conectivo que cubre los extremos de los huesos y se encarga de facilitar el movimiento entre las distintas estructuras, reduciendo la presión entre los huesos y evitando fricciones o un posible desgaste.
- Cápsula articular: una especie de bolsa cartilaginosa que recubre la membrana sinovial para proteger la articulación.
- Membrana sinovial: compuesta por el líquido sinovial, el cual lubrica la articulación, facilitando el movimiento de la misma.
- Ligamentos: tejidos conectivos elásticos y muy resistentes que envuelven la articulación. Su función principal es dar estabilidad y proteger y limitar los movimientos de ésta para evitar que se luxe o se disloque.
- Tendones: tejidos conectivos situados a los lados de la articulación, se unen a los músculos para controlar los movimientos.
Existen tres tipos de articulaciones según su movimiento:
- Articulaciones móviles (diartrosis): codo, tobillo, hombro, dedos…
- Con movilidad limitada (anfiartrosis): columna vertebral, sacroilíaca, pubis…
- Sin movilidad (sinartrosis): se encuentran en el cráneo, cara y en los huesos largos en crecimiento.
Las articulaciones que más suenan o “crujen” son las de los dedos de las manos, las muñecas y las de las rodillas.
¿Por qué crujen las articulaciones?
En ocasiones nuestras articulaciones suenan o crujen cuando andamos, al hacer ejercicio o incluso cuando giramos el cuello o cuando estiramos la espalda al levantarnos por la mañana de la cama, estos sonidos suelen ser normales. Ahora bien, si estos crujidos o ruidos van acompañados de algún tipo de dolor, calor o incluso inflamación, puede deberse a algún problema de salud.
Para que las articulaciones funcionen correctamente necesitan el líquido sinovial, que como hemos explicado anteriormente actúa como lubricante y facilita el movimiento de las mismas. Este líquido contiene una mezcla de gases que, cuando una articulación roza o hace contacto con otra, se liberan y forman burbujas que son las que causan esos ruidos.
Otras veces, cuando una articulación sufre un movimiento brusco, el tendón que la rodea se desplaza y cuando vuelve a su lugar suena un ruido más fuerte.
Estos dos casos entrarían dentro de la normalidad del funcionamiento de una articulación, pero las articulaciones pueden sonar o “crujir” por otros motivos, como puede ser una enfermedad degenerativa articular como la artritis o artrosis.
Cuando se padece una enfermedad como la artritis, existe una pérdida de cartílago que hace que los huesos se desgasten entre sí y en este caso el sonido va acompañado de dolor y restricción de movimiento y además en algunos casos de inflamación.
Por lo tanto podemos afirmar que los ruidos o “crujidos” de nuestras articulaciones no son signo de problemas articulares si se producen de manera esporádica, eso sí, si son continuos y además aparece dolor o hinchazón como hemos mencionado, podemos estar ante un problema articular o algún tipo de lesión y para ello deberemos realizar un diagnóstico diferencial para averiguar qué es lo que no está funcionando bien.
¿Cómo puede ayudarte la fisioterapia para prevenir el dolor en tus articulaciones?
Muchas veces las articulaciones crujen porque los músculos que las rodean están tensos, como pasa muchas veces en el caso de la rodilla. Para ello podemos realizar un tratamiento de terapia manual y además recomendarte estiramientos concretos para la zona afectada. También podemos realizarte una rutina de ejercicios personalizados para fortalecer y mejorar la movilidad de tus articulaciones, ya que cuanto más fuerte mantengamos la musculatura adyacente a una articulación, menos roce y desgaste sufrirá la articulación.
Por todo esto, el rumor que siempre hemos escuchado de que no hay que “crujirse” los nudillos porque acabaremos teniendo artrosis no tiene validez. Esta “manía” únicamente es lesiva cuando se realiza de forma muy repetitiva y se fuerza demasiado la articulación.
Si notas que alguna articulación como la rodilla o la cadera te cruje con frecuencia, puedes consultar con tu fisioterapeuta de confianza. Y si además ese sonido se acompaña de dolor antes, durante o después, te recomendamos consultar con un traumatólogo.