Contractura muscular, te explicamos qué es y cómo prevenir su aparición.
La contractura muscular es una contracción involuntaria y continuada del músculo, quedando éste en constante tensión.
Los músculos se contraen y se relajan, al quedar el músculo en continua tensión causa una isquemia (reducción del flujo sanguíneo) que deriva en dolor y endurecimiento, por lo que se puede decir que aparece un bulto o nudo en la zona contracturada.
Una contractura muscular se considera una lesión leve pero dolorosa, que nos limita ciertos movimientos normales del músculo pudiendo llegar a influir negativamente en nuestra rutina diaria.
Suele aparecer cuando realizamos un sobreesfuerzo o después de una mala postura continuada en el tiempo.
Si una contractura afecta a músculos que conectan varias partes del cuerpo, además de ocasionar dolor puede llegar a inmovilizarnos de cierta manera.
Por ejemplo, en el caso del latigazo cervical, además de afectar la musculatura del cuello, inmoviliza la cabeza, causa dolor al rotar los hombros o al mover los brazos y puede llegar incluso a afectar a otros músculos encargados de mantener el equilibrio.
Contracturas más comunes
Las contracturas más frecuentes se suelen dar en la zona cervical y en la espalda, principalmente en el trapecio.
El trapecio es un músculo muy extenso que empieza en la base del cráneo, pasando por el cuello, el hombro y llegando hasta la mitad de la espalda.
Las contracturas de la zona cervical pueden producir dolor de cabeza e incluso mareos y/o vértigos.
Posibles causas de las contracturas
Las principales causas de la aparición de una contractura muscular pueden ser:
- Malos hábitos posturales
- Sobreesfuerzos
- Movimientos repetidos
- Estrés
- Por frío continuado (aire acondicionado o ventiladores)
- Accidentes de tráfico
Podemos distinguir entre los siguientes tipos de contracturas:
Por un sobreesfuerzo:
Son contracturas que se producen por el acúmulo de desechos metabólicos dentro de la fibra muscular (metabolitos). Estos desechos se forman porque al realizar cualquier tipo de ejercicio físico el organismo metaboliza sustancias activas para producir el movimiento y ese proceso origina que esas sustancias activas se transformen en sustancias de desecho.
Cuando se realiza un sobreesfuerzo o un movimiento brusco, el organismo se ve incapaz de depurar los metabolitos a través del torrente sanguíneo, por lo que se acumulan y generan dolor e inflamación.
Ahora entenderás porqué el calentamiento previo al ejercicio es tan importante.
Después de un esfuerzo:
En este caso la contractura se origina porque el músculo no es capaz de volver a su estado de reposo, es decir, se contrae y luego no es capaz de relajarse.
Para evitar este tipo de contracturas se recomienda evitar la fatiga muscular.
Las contracturas musculares o nudos son muy comunes en deportistas, personas expuestas a mucho estrés o incluso por malas posturas.
¿Cómo prevenir una contractura muscular?
Lo primero y más importante es mantener siempre una buena postura corporal, si quieres puedes leer nuestro post sobre higiene postural.
Si vas a realizar un esfuerzo o vas a entrenar en el gimnasio, debes ser consciente de que debes calentar la musculatura antes de iniciar la actividad física.
Después de practicar cualquier tipo de ejercicio debes realizar estiramientos para que el músculo pueda recuperarse del esfuerzo. Si quieres más información puedes echar un vistazo a nuestro artículo sobre la importancia de los estiramientos.
Si ya tengo una contractura, ¿Cómo se trata?
Cuando ya estás sufriendo una contractura lo recomendado es acudir a tu fisioterapeuta para que valore qué tratamiento es el más idóneo.
El tratamiento normal de fisioterapia se basa en terapia manual, para reducir el dolor y recuperar el movimiento y la funcionalidad del músculo además de relajarlo.
En casa:
El paciente puede utilizar una almohadilla eléctrica para aportar calor local y así relajar la musculatura aumentando la vascularización de la zona afectada.
Muy importante también realizar estiramientos.
No se recomienda el uso de fármacos antiinflamatorios sin prescripción médica. Los antiinflamatorios proporcionan alivio rápido del dolor pero no aportan ninguna solución, dado que no eliminan la contractura muscular.
Si sientes dolor o tensión muscular y crees que puede deberse a una contractura, puedes contactar con nosotros para solicitar una cita con uno de nuestros fisioterapeutas para reducir el dolor y acortar el tiempo de recuperación.